para lograr la realización de nuevos valores
Los ecologistas
La organización, -y la escuela lo es-, se estructura de una manera determinada, coherentemente con los fines que persigue como organización. El esquema básico que adopta cualquier organización está orientado, desde su nivel superior, por la misión, las metas de largo plazo, los objetivos generales de funcionamiento cotidiano, las estrategias para lograr esos objetivos, incluidos los medios disponibles para implementarla; las actividades y tareas, convenientemente ordenadas y coordinadas, estas últimas, conforman funciones, cargos y responsabilidades, que constituyen el nivel operativo de la organización.
En el nivel operativo del sistema educativo, es donde se producen los procesos de enseñanza. Este es un proceso técnico, es decir, utiliza los mejores conocimientos que la sociedad posee, convertidos en procedimientos para lograr los resultados que se pretenden.
La escuela, también es parte de un sistema mayor, con el que está vinculado, y relacionado de manera interdependiente. Cuando este sistema sufre variaciones, conflictos, cambios, o cualquier otra alteración, estas tienen su consecuencia, como efecto, en todas las partes del sistema.
Sin embargo cada subsistema, la escuela-liceo, funciona como un pequeño sistema, con sus límites y misiones y puede operar de manera independiente para recuperar el equilibrio y maximizar su resultado a pesar de los efectos repercutidos del sistema mayor. No obstante, cuando los cambios en éste, superan ciertos niveles o afectan a la misión misma; los subsistemas no pueden resistir y el reequilibrio se obtiene de acuerdo a los efectos mayores del macrosistema.
En el caso de la educación, un cambio de ministro no debiera afectar mayormente a los resultados pedagógicos de la escuela; sin embargo, si éste inicia una reforma del sistema educativo, cambia los financiamientos y define estrategias diferentes; la escuela, como subsistema alterará necesariamente su funcionamiento, independientemente que su resultado sea mejor o peor. La valoración de esos resultados obedece a criterios y parámetros que se definen en los nuevos lineamientos de la misión o fines de la educación.
De modo que los mejores o peores resultados se deben definir en relación con esos fines. La discusión debe trasladarse a los fines y no a los resultados, si se quiere analizar los cambios o reformas.
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